martes, 1 de marzo de 2011

Vejez incomprendida



Siempre soñé poder jubilarme y dedicarme a la vida al aire libre. Me imaginaba sentado en una plaza dándole de comer a las palomas, comiendo un chocolate y mirando pasar a las mujeres jóvenes. De vez en cuando ir a pescar, hacer largas caminatas y leer algún libro.


La bruja de mi mujer dice que no debiera alimentar a las palomas que son plaga, que el chocolate tiene mucho colesterol y me puede tapar las arterias, que si miro mujeres, me tildarán de "viejo verde". Pescar es muy aburrido y peligroso, a mi edad me puedo resbalar y ahogar; caminar mucho no es recomendable sin prescripción médica y llevar un libro a la plaza es contraproducente. Por dos motivos: me lo pueden pedir y nunca más me lo devolverán  o podré dejarlo olvidado en el banco.

Me ha arrasado mis sueños más queridos.


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