Pobre mi amiga Tita. El viernes pasado se fue al este con su familia, para descansar una semana. Ha pasado encerrada, entre alerta naranja y amarilla no ha podido pisar la playa. Pasa cocinando, para no perder la costumbre. Cuando vuelva a Montevideo, se tomará una semana de vacaciones. Dará parte de enferma ya que puede conseguir un certificado que le firma un médico amigo. Colocará la hamaca paraguaya en el balcón y que nadie la moleste. Los demás integrantes de su familia estarán trabajando o estudiando y ella tendrá sus merecidas vacaciones.
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